¿Por qué no intervenir viejos libros entrañables también en nuestra biblio (pensaron las alumnas y alumnos)? Invitado a semejante convite con las soñadoras Luján y la seño Agustina pusimos manos a los fibrones, calados y tijeras, descubriendo que una obra siempre surge de algo que alguien nos convida, inspiración que nos asombra, nos interpela, nos llama tocándonos con el dedo o como la picadura de un mosquito,
¡Gracias por un encuentro que se seguirá escribiendo y dibujando en mi recuerdo entrañable!
No hay comentarios:
Publicar un comentario