Ayer estuve invitado por mi amigo y tremendo artista Mariano González, a la escuela nro 24 del DE 11.
Una escuela entrañable para mí por haber nacido en la otra cuadra y jugar de chico, junto a los hijos de la casera de aquellos tiempos y otros pibes más de la barra, a la pelota en el patio del fondo, que en aquellos tiempos era de tierra.
El eterno retorno a la infancia, por esa costumbre que tiene de viajar siempre con uno.
Gracias a las chicas y chicos, a la bibliotecaria Carolina (que además sabe volar en tela), y a la dire Cecilia, por el cálido recibimiento.
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