Jamás hubiera pensado que uno de mis dibujos, estaría mejorado por las manos de artistas como Mariano González, Damian Luciani y la comunidad del querido DE 11, nada menos que en las paredes de mi barrio. Estar en una pared, al paso, en una consigna para mejorarnos la vida a todos, debe ser uno de los más lindos regalos que un dibujante pueda recibir; como esas canciones y colores que lleva el viento de boca en boca, de la tristeza al sueño, de la mesa de bocetos a la mirada de los caminantes.
Con la yapa de reencontrarse con viejos amigos de ruta, poetas sin saber que son poetas, artesanos de la intensidad.
Gracias!!!!
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